Festejar al educador, que por vocación ha servido a su pais y a las generaciones, es un merito que se ha ganado día a día, al llevar conocimientos y otorgar herramientas de crecimiento a nuestra juventud y futuro encierres de nuestra existencia.
Educar, que es la obligación de todos, pero vocación, solo la del maestro o maestra, que es la palabra mas escuchada hasta en los lugares mas recónditos de nuestra Guatemala y prácticamente en todo el mundo ¿Pues quien no ha recibido instrucción algún día de otra persona totalmente desconocida y que luego llega a ser parte esencial de nuestras vidas, para que después se alejen poco a poco y no nos damos cuenta, hasta cuando empezamos a enseñar a otros?
Época aleccionadora como la vida, en nuestras mentes y corazones blancos, donde la ingenuidad de querer existir, nos conduce a ir recogiendo en el camino del saber, las herramientas necesarias para que podamos enfrentar ese ansiado futuro, que sin saber ya es nuestro presente y luego nuestro pasado y no nos damos cuenta a donde se fue, pero podemos saberlo en nuestra lánguida mirada y el cansancio que sobre pesa los pasos que nos lleva a nuestro propio destino.
Con esas herramientas, podemos conocer otros pueblos y otros mundos, podemos caminar sobre los mares y sobre las tierras imaginarias que otros autores nos comparten, haciéndonos soñar, pensar, imaginar, pero lo mas importante, nos hacen entender lo maravilloso que fue el haber tenido una mano amiga que nos llevara como queriendo extender su futuro, para que nosotros pudiéramos saber leer y escribir, acción profundamente majestuosa que solamente se puede pagar con conciencia y saberles decir: “Queridos Maestros y Maestras, muchísimas gracias por todo su esfuerzo y que bien tienen su merecido, con el reconocimiento de este día. Salud Para todos”.
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